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The Noble Qur'an Encyclopedia

Towards providing reliable exegeses and translations of the meanings of the Noble Qur'an in the world languages

Taha [Taha] - Spanish Translation - Isa Garcia

Surah Taha [Taha] Ayah 135 Location Maccah Number 20

1. Ta’. Ha’.

3. sino que es una exhortación para quienes tienen temor [de Dios].

5. el Compasivo, que se estableció sobre el Trono[1].

6. A Él pertenece cuanto hay en los cielos y en la Tierra, lo que existe entre ellos y lo que hay bajo la tierra.

7. Dios conoce lo que pronuncias en voz alta, las confidencias que dices en voz baja y lo que está aún más oculto [los pensamientos].

8. ¡Dios! No hay más divinidad que Él. A Él pertenecen los nombres [y los atributos] más sublimes.

10. Cuando vio un fuego y dijo a su familia: “Permanezcan aquí, pues he visto un fuego y tal vez pueda traerles una brasa encendida[1] o encuentre junto al fuego quién pueda indicarnos [el camino]”.

11. Cuando llegó a él, una voz lo llamó: “¡Oh, Moisés!

15. El Día de la Resurrección es indubitable, y nadie salvo Dios sabe cuándo llegará. Ese día cada alma recibirá la recompensa o el castigo que se merezca por sus obras.

16. No te dejes seducir por quienes no creen en la resurrección y siguen sus pasiones, porque serás de los que pierdan.

17. ¿Qué es lo que tienes en tu diestra? ¡Oh, Moisés!”

18. Respondió: “Es mi bastón. Me sirve de apoyo, y con él vareo los árboles para que mi ganado coma [de su follaje]; además de otros usos”.

19. Dijo [Dios]: “Arrójalo, ¡Oh, Moisés!”

20. Lo arrojó, y este se convirtió en una serpiente que reptaba.

25. Dijo [Moisés]: “¡Señor mío! Abre mi corazón [y dame valor],

28. para que comprendan mis palabras,

29. [¡Señor!] Designa a alguien de mi familia para que me ayude[1]

30. ¡Que sea mi hermano Aarón!,

31. para que con él me sienta fortalecido,

35. Tú bien ves que necesitamos de Ti”.

36. Dijo [Dios]: “Te ha sido concedido lo que pides, ¡Oh, Moisés!

39. “Deposítalo en un cesto y déjalo en el río, que la corriente lo llevará hasta una orilla donde será recogido por un enemigo Mío y suyo [el Faraón]”. Desperté cariño hacia ti [entre los que te encontraron], para que crecieras educado bajo Mi observancia.

40. Cuando tu hermana, que seguía tus rastros, le dijo [al Faraón]: ‘¿Acaso quieres que te indique a alguien que puede encargarse de cuidarlo[1]?’ Y así te devolví a tu madre para que se tranquilizara y no estuviera triste. [También te concedí una gracia] cuando [involuntariamente] mataste a un hombre [del pueblo del Faraón] y te salvé de que tomaran represalias contra ti. Te he probado con pruebas difíciles. Luego permaneciste unos años en Madián[2] y ahora has regresado aquí, tal como estaba decretado, ¡Oh, Moisés!

41. Te he elegido [para que seas Mi Mensajero].

42. Vayan tú y tu hermano acompañados de Mis milagros, y no descuiden Mi recuerdo.

46. Dijo [Dios]: “No tengan miedo, pues Yo estoy con ustedes escuchando y observando todo.

49. Dijo [el Faraón]: “Respóndeme, ¡Oh, Moisés! ¿Y quién es su Señor?”

50. Dijo [Moisés]: “Nuestro Señor es Quien creó todo con una naturaleza particular, y luego lo encamina [para que cumpla su destino]”.

51. Entonces, preguntó [el Faraón]: “¿Cuál fue el destino de las generaciones anteriores?”

52. Dijo [Moisés]: “Solo mi Señor lo sabe, y Él lo tiene registrado todo en un Libro. Mi Señor no se equivoca nunca ni se olvida de nada.

55. De ella [la tierra] los he creado, a ella los haré retornar [cuando mueran], y de ella los haré surgir nuevamente [el Día de la Resurrección]”.

56. Le mostré [al Faraón] todos Mis milagros[1], pero los desmintió y se rehusó creer.

57. Dijo [el Faraón]: “¡Oh, Moisés! ¿Acaso viniste a expulsarnos de nuestra tierra con tu hechicería?

59. Dijo [Moisés]: “Nuestra cita será el día de la fiesta, cuando la gente se congregue a la media mañana”.

60. Entonces el Faraón se retiró y se dedicó a reclutar hechiceros. Luego, el día de la cita, concurrió.

61. Moisés les dijo [a los hechiceros]: “¡Ay de ustedes! No inventen mentiras contra Dios[1], pues los aniquilará con Su castigo: Los que inventan mentiras acerca de Dios serán los perdedores”.

62. Entonces, [los hechiceros] debatieron entre ellos acerca de Moisés, y deliberaron secretamente.

64. [Oh, hechiceros de Egipto,] Decidan su plan a seguir, y luego acudan como un solo cuerpo: pues, ¡quien sea superior hoy, ha de conseguir prosperidad!”

66. Dijo [Moisés]: “Arrojen ustedes primero”. Entonces arrojaron sus cuerdas y varas, y por el hechizo que habían empleado, estas parecían moverse [como si fueran verdaderas serpientes].

68. pero le dije: “No tengas temor, porque tú serás el vencedor.

70. Los hechiceros [al percibir que el milagro que acompañaba a Moisés no era magia] se postraron y exclamaron: “Creemos en el Señor de Aarón y Moisés”.

71. Dijo [el Faraón enfurecido]: “¿Acaso van a creer en él sin que yo se los haya autorizado? Seguramente él es su maestro que les ha enseñado la magia. Ordenaré que se les ampute la mano y el pie opuestos, y luego los haré clavar sobre troncos de palmera. Así sabrán quién es el que puede infligir el castigo más severo y duradero”.

72. Dijeron: “No antepondremos nuestra lealtad a ti a los milagros evidentes que hemos presenciado, y [menos aún] a Quien nos creó. Haz pues con nosotros lo que has decidido; tú solo puedes condenarnos en esta vida.

74. Quien se presente ante su Señor siendo culpable[1] tendrá el Infierno como castigo, en el que no podrá morir [para librarse del tormento] ni vivir [sin padecerlo].

75. En cambio, quien se presente ante su Señor creyendo en Él y habiendo obrado rectamente, obtendrá los más altos grados [en el Paraíso].

76. Morarán eternamente en los Jardines del Edén, bajo los cuales corren ríos. Esa será la recompensa de quienes se purifiquen[1].

77. Le ordené a Moisés: “Sal por la noche con Mis siervos, y abre [por Mi voluntad] el mar dejándoles un camino de tierra firme [por donde puedan huir], y no tengan temor de que los alcancen ni tampoco de morir ahogados”.

79. El Faraón, en lugar de guiar a su pueblo, lo llevó al extravío.

82. Yo soy Perdonador con quienes se arrepienten, creen, obran rectamente y se encaminan [por el sendero recto].

83. [Cuando Moisés se presentó a la cita, Dios le dijo:] “¡Oh, Moisés! ¿Qué te ha urgido a presentarte dejando atrás a tu pueblo[1]?”

85. Dijo [Dios]: “He puesto a prueba a tu pueblo después que los dejaste, y el samaritano[1] los extravió”.

86. Cuando Moisés regresó ante su pueblo enojado y avergonzado, les dijo: “¡Oh, pueblo mío! ¿Acaso su Señor no les ha hecho una promesa hermosa? ¿Acaso les parece que me ausenté por mucho tiempo? ¿Acaso quieren que la ira de su Señor se desate sobre ustedes, y por ello quebrantaron la promesa que me hicieron?”

87. Dijeron: “No quebrantamos la promesa que te hicimos intencionalmente, sino que cuando arrojamos al fuego las joyas del pueblo [del Faraón] que teníamos en nuestro poder, el samaritano también las arrojó,

88. y fundió las joyas dándoles la forma de un becerro que emitía un sonido como un mugido[1], y entonces exclamaron [el samaritano y sus seguidores]: ‘Esta es nuestra divinidad y la de Moisés, pero Moisés la ha olvidado’”.

90. Pero antes [que regresara Moisés] Aarón les había advertido: “¡Oh, pueblo mío! Se los está poniendo a prueba con eso. Su verdadero Señor es el Compasivo, síganme y obedezcan mis órdenes”[1].

92. Dijo [Moisés]: “¡Oh, Aarón! ¿Qué te impidió, cuando viste que se desviaban,

93. buscarme [para informarme lo sucedido]? ¿Es que desobedeciste mi orden [de velar por ellos]?”

94. Dijo [Aarón]: “¡Oh, hermano mío! No me recrimines agarrándome por la barba y la cabeza. Tuve miedo de que [si los dejaba para salir a buscarte] me dijeras: ‘Lo que has hecho es causar la discordia y la división entre los Hijos de Israel [al haberte ausentado], y no has cumplido con lo que te ordené’”.

95. Dijo [Moisés]: “Y tú Samaritano, ¿qué has hecho?”

96. Dijo: “Vi algo que ellos no pudieron ver. Entonces tomé un puñado de tierra de las huellas que dejó el mensajero[1] y lo arrojé [sobre las joyas cuando se fundían]. Así me lo sugirió mi alma”.

97. Dijo [Moisés]: “Aléjate de nosotros; tu castigo en esta vida será que digas: ‘No se me acerquen’ [y vivirás solo], pero te aguarda una cita ineludible [el Día del Juicio]. Observa [lo que haremos con] lo que consideraste tu divinidad, y a lo cual has adorado: Lo quemaremos y esparciremos sus restos en el mar.

98. Tu única divinidad es Dios. No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado salvo Él, y todo lo abarca con Su conocimiento”.

99. Así es como te he revelado [¡Oh, Mujámmad!] las historias de quienes te precedieron[1], porque te he concedido el Mensaje[2].

101. que cargará por toda la eternidad. ¡Qué pésima carga tendrán que soportar el Día de la Resurrección!

102. Ese día, cuando la trompeta sea soplada, reuniré a los culpables, y sus miradas estarán ensombrecidas.

103. Se susurrarán unos a otros, y algunos dirán: “Solo permanecimos [en la vida mundanal] diez días”.

105. Te preguntan [¡Oh, Mujámmad!] qué ocurrirá con las montañas [el Día del Juicio]. Diles: “Mi Señor las reducirá a polvo,

106. y las convertirá en inmensas llanuras.

108. Ese día todos acudirán al llamado del [ángel] pregonero, y nadie errará el camino; las voces callarán ante el Misericordioso, y solo se oirá el sonido de sus pasos.

109. Entonces, ninguna intercesión será aceptada, salvo la de quien el Misericordioso quiera y sus palabras le sean aceptadas.

111. [El Día del Juicio] todos los rostros se humillarán ante Dios, el Viviente, Quien se basta a Sí mismo y se ocupa de toda la creación. Estarán condenados al castigo quienes sean culpables de injustica [idolatría].

112. En cambio, el creyente que haya obrado rectamente no ha de temer que lo traten injustamente ni lo priven de la recompensa [de sus buenas obras].

114. ¡Exaltado sea Dios! El único Soberano real. No te adelantes [¡Oh, Mujámmad!] a repetir lo que te es revelado del Corán hasta que [el ángel Gabriel] concluya [de recitarlo], y di: “¡Señor mío! Acrecienta mi conocimiento”.

115. Ya antes había tomado un compromiso de Adán [de no prestarse a los susurros del demonio], pero lo olvidó [y comió del árbol prohibido], no tuvo una resolución firme.

116. [Recuerda] cuando dije a los ángeles: “¡Hagan una reverencia ante Adán!” Todos la hicieron excepto Iblís[1].

118. En el Paraíso no padecerás hambre ni te faltará con qué cubrir tu desnudez,

122. Más tarde, su Señor lo eligió [como Profeta], lo perdonó y lo guió.

123. Dijo [Dios]: “¡Desciendan del Paraíso [y habiten la Tierra]! Serán enemigos unos de otros. Cuando les llegue de Mí una guía, quienes sigan Mi guía no se extraviarán [en esta vida] ni serán desdichados [en el más allá].

125. Y entonces dirá: ‘¡Señor mío! ¿Por qué me has resucitado ciego, si antes veía?’”

127. Así voy a retribuir a quienes se extralimitaron y no creyeron en los signos de su Señor. Pero el castigo de la otra vida será aún más severo y duradero.

128. ¿Acaso no se les ha evidenciado [a quienes rechazan este Mensaje] cuántas civilizaciones destruí, cuando pasan junto a sus ruinas? En ello hay signos para los dotados de entendimiento.

129. De no ser porque tu Señor ha decretado [retrasarles el castigo hasta el Día del Juicio a quienes te desmientan] y ha prefijado para cada ser su plazo [de vida durante la cual puede arrepentirse], ya los habría aniquilado.

130. Ten paciencia ante sus injurias, y glorifica con alabanzas a tu Señor antes de la salida del Sol y antes del ocaso, durante la noche y durante los extremos del día, para que así [Dios te retribuya con una gran recompensa y] quedes complacido.

131. No codicies [¡Oh, Mujámmad!] aquello conque he agraciado a algunos de los ricos [de los incrédulos], pues son solo placeres de esta vida mundanal con los que los ponemos a prueba. La recompensa que tu Señor tiene reservada es mejor y más duradera.

132. Ordena a tu familia practicar la oración prescrita y sé constante en su cumplimiento. Que el trabajo en búsqueda del sustento no te haga descuidar el cumplimiento de lo que Dios ha prescrito, porque soy Yo quien los sustento. La bienaventuranza es para los piadosos.

133. [Los que rechazan el Mensaje] dicen: “¿Por qué no nos muestra un milagro de su Señor [que compruebe su profecía]?” Pero si ya les han llegado pruebas evidentes en los primeros Libros revelados[1].

134. Y si hubiera decretado destruirlos con un castigo antes de la llegada de Mi Mensajero, habrían dicho: “¡Señor nuestro! Si nos hubieras enviado un Mensajero habríamos seguido Tu Mensaje antes de ser humillados [con el castigo] y desdichados para siempre”.

135. Diles [¡Oh, Mujámmad!]: “Todos esperan [saber qué ocurrirá]; sigan esperando, que ya sabrán quiénes están en el camino recto y siguen la guía”.