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The Noble Qur'an Encyclopedia

Towards providing reliable exegeses and translations of the meanings of the Noble Qur'an in the world languages

The heights [Al-Araf] - Spanish Translation - Isa Garcia

Surah The heights [Al-Araf] Ayah 206 Location Maccah Number 7

1. Álif. Lam. Mim. Sad.

2. Éste es el Libro[1] que te ha sido revelado, no tengas duda en tu corazón sobre ello, para que adviertas con él y como recuerdo para los creyentes.

4. Cuántas ciudades he destruido [en el pasado]. Mi castigo los azotó sorpresivamente mientras dormían por la noche o durante la siesta.

7. y les informaré acerca de todos sus actos con conocimiento, pues nunca estuve ausente.

8. Ese día[1] se pesarán las obras con la verdad. Aquellos cuyas [buenas] obras pesen más [en la balanza] serán los bienaventurados.

12. [Dios] le preguntó: “¿Qué te impidió prosternarte cuando te lo ordené?” Respondió: “Yo soy superior a él, pues a mí me creaste de fuego, mientras que a él lo creaste del barro”[1].

13. Dijo [Dios]: “¡Sal de aquí![1] En este lugar no se permite la soberbia. ¡Vete, pues [a partir de ahora] serás de los humillados!”

14. Dijo [el Demonio]: “Permíteme vivir hasta el Día de la Resurrección”.

15. Dijo [Dios]: “Serás de los que esperen [con vida hasta ese día]”.

16. Dijo [el Demonio]: “Por haberme descarriado los acecharé[1] para apartarlos de Tu sendero recto.

20. Pero el demonio les susurró con el fin de que [desobedecieran a Dios y así] se les hiciera evidente lo que antes estaba oculto [de su desnudez] para ellos, diciéndoles: “Su Señor les prohibió acercarse a este árbol para que no se conviertan en ángeles o en seres inmortales[1]”.

23. Ellos dijeron [arrepentidos]: “¡Señor nuestro! Hemos sido injustos con nosotros mismos; si no nos perdonas y nos tienes misericordia, seremos de los perdidos”.

24. Dijo [Dios]: “¡Desciendan [del Paraíso]! Serán enemigos unos de otros. En la Tierra tendrán morada y deleite por un tiempo”.

29. Diles: “Mi Señor solo ordena la justicia, que se mantengan en adoración en las mezquitas, y que Lo invoquen solo a Él practicando sinceramente Su religión”. Así como los creó [por primera vez] los hará volver [a la vida].

32. Diles: “¿Quién les ha prohibido vestir con las prendas elegantes que Dios les ha concedido a Sus siervos y beneficiarse de todo lo bueno que Dios les ha proveído?” Diles: “Pero de todo eso, el Día de la Resurrección, se beneficiarán exclusivamente quienes hayan sido creyentes durante la vida mundanal”. Así es como aclaro Mis signos para un pueblo que comprende.

35. ¡Oh, hijos de Adán! Cuando se les presenten Mensajeros que les transmitan Mis signos, tengan temor [de Dios] y rectifiquen [sus obras], que no habrán de sentir temor ni tristeza [el Día del Juicio Final].

39. Los primeros dirán a los últimos: “Ustedes no son mejores que nosotros[1]”, [pero Dios dirá a ambos grupos]: “Sufran todos el castigo que merecen [por sus obras]”.

43. Purificaré sus corazones del rencor que hubiera entre ellos. Vivirán donde corren ríos y dirán [en agradecimiento]: “¡Alabado sea Dios, Quien nos guió!, y no hubiéramos podido encaminarnos de no haber sido por Él. La promesa con la que vinieron los Mensajeros de nuestro Señor era verdad”. Se les dirá: “Éste es el Paraíso que han heredado [en recompensa] por lo que solían obrar”.

44. La gente del Paraíso dirá a la gente del Fuego: “Hemos encontrado lo que nuestro Señor nos había prometido. ¿Acaso no están ustedes padeciendo el castigo que su Señor les había advertido?” Responderán: “¡Sí!” Entonces se oirá a un pregonero decir: “¡Qué la maldición de Dios pese sobre los opresores!”,

46. Entre ambos [grupos] habrá una separación, y en los lugares elevados habrá personas[1] que serán reconocidas por su aspecto [por la gente del Paraíso y la gente del Infierno], y llamarán a la gente del Paraíso saludándolos: “¡La paz sea con ustedes!” Ellos no han ingresado en él, pero están ansiosos por hacerlo.

48. La gente de los lugares elevados llamará a unas personas [habitantes del Fuego] que serán reconocidas por su aspecto, diciéndoles: “De nada les valieron sus riquezas ni su soberbia.

49. Observen a quienes ustedes juraban que la misericordia de Dios no los alcanzaría, y [contrario a lo que creían] se les dijo: ‘Ingresen al Paraíso, donde no tendrán nada que temer ni sentirán tristezas’”.

52. Les envié el Libro[1], en el que detallé todas las cosas con sabiduría, como guía y misericordia para la gente que cree.

53. ¿Acaso esperan que suceda lo que se les ha advertido [en el Libro]? El día que llegue [la advertencia] dirán quienes lo ignoraron: “Reconocemos que los Mensajeros de nuestro Señor se presentaron con la Verdad. ¿Acaso habrá quién pueda interceder por nosotros [para salvarnos del castigo] o nos conceda otra oportunidad para volver a la vida mundanal y así poder obrar distinto a lo que hicimos antes?” Se perdieron a sí mismos y no podrán encontrar [a las divinidades] que inventaron.

56. No siembren corrupción en la Tierra después de que se haya establecido en ella el orden, e invóquenlo con temor y esperanza. La misericordia de Dios está cerca de los que hacen el bien.

60. Los nobles de su pueblo dijeron [con soberbia]: “Vemos que estás en un error evidente”.

61. Dijo [Noé]: “¡Oh, pueblo mío! No hay en mí extravío alguno, sino que soy un Mensajero del Señor del universo.

62. Les transmito el Mensaje de mi Señor y les aconsejo para su bien, puesto que sé acerca de Dios lo que ustedes ignoran”.

63. ¿Se asombran de que les llegue el Mensaje de su Señor por intermedio de un hombre igual a ustedes, que les advierte para que tengan temor de Dios y quizás así alcancen la misericordia?

65. Al pueblo ‘Ad le envié a su hermano Hud [como Profeta]. Les dijo: “¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. ¿Acaso no van a tener temor [de Dios]?”

67. Dijo [Hud]: “¡Oh, pueblo mío! No estoy en ninguna insensatez, solo soy un Mensajero enviado por el Señor del universo,

70. Dijeron: “¿Acaso has venido para que adoremos a Dios solamente y abandonemos lo que adoraban nuestros padres? Haz que se cumpla el castigo con que nos amenazas si es que dices la verdad”.

71. Dijo: “Los azotará un castigo terrible [por lo que dicen] y habrán caído en la ira de su Señor. ¿Me van a discutir por [ídolos de piedra] a los que han denominado divinidades ustedes y sus padres? Dios no les dio autoridad alguna [para ello], aguarden [el castigo], que yo aguardaré [el socorro de Dios]”.

77. Y mataron a la camella, desobedeciendo la orden de su Señor, y dijeron: “¡Oh, Sálih! Haz que se desencadene el castigo con el que nos adviertes, si realmente eres uno de los Mensajeros [de Dios]”.

78. [Como consecuencia] los destruyó un temblor, y amanecieron en sus casas [muertos] caídos de bruces.

79. [Sálih] se apartó de ellos diciendo: “¡Oh, pueblo mío! Les transmití el Mensaje de mi Señor y les aconsejé para su bien, pero ustedes no aprecian a quienes los aconsejan”.

82. Pero la respuesta de su pueblo no fue otra que: “Expúlsenlos de la ciudad, pues son gente que mantiene su pureza [negándose a actuar como nosotros]”.

83. Lo salvé junto a su familia, excepto a su esposa, que se quedó atrás [y no salió de la ciudad].

85. A Madián le envié [como Profeta] a su hermano Jetró, quien les dijo: “¡Oh, pueblo mío! Adoren a Dios, pues no existe otra divinidad salvo Él. Les ha llegado un milagro de su Señor [que corrobora mi profecía]. Midan y pesen con equidad, no se apropien de los bienes del prójimo, y no siembren mal en la Tierra, corrompiéndola luego de haberse establecido la justicia. Esto es mejor para ustedes, si es que son creyentes.

91. Entonces los sorprendió un temblor y amanecieron en sus casas [muertos], caídos de bruces.

92. [Las casas de] quienes desmintieron a Jetró quedaron como si jamás hubieran sido habitadas. Quienes desmintieron a Jetró fueron [realmente] los perdedores.

93. [Jetró] se alejó de ellos y dijo: “¡Oh, pueblo mío! Les transmití el Mensaje de mi Señor y los aconsejé para su bien. ¿Por qué iba a sentir pena por un pueblo que persistió en la incredulidad?”

95. Luego les cambié sus dificultades por bienestar. Pero cuando prosperaron, dijeron: “Era común que nuestros padres atravesaran épocas de adversidad y prosperidad”; entonces los castigué sorpresivamente, sin que se dieran cuenta.

97. ¿Acaso la gente de esas ciudades se sentían seguros de que Mi ira no podría alcanzarlos por la noche, mientras dormían?

98. ¿O acaso la gente de esas ciudades se sentían seguros de que no podría llegarles Mi castigo por la mañana, cuando estuvieran distraídos?

107. Entonces arrojó su vara, y esta se convirtió en una serpiente real.

108. Luego introdujo su mano por el cuello de su túnica y, al retirarla ante todos los presentes, estaba blanca y resplandeciente.

110. [En realidad lo que] quiere es expulsarlos de su tierra[1]”. [Les preguntó el Faraón:] “¿Cuál es su consejo?”

111. Dijeron [los nobles]: “Retenlos a él y a su hermano, y envía reclutadores a las ciudades

112. para que te traigan a todo hechicero experto”.

114. Dijo el Faraón: “¡Sí! Se los recompensará y serán de mis allegados”.

116. Dijo: “¡Arrojen ustedes!” Cuando los hechiceros arrojaron [sus varas], hechizaron los ojos de la gente y los aterrorizaron. Su hechizo era poderoso.

117. Pero le revelé a Moisés: “Arroja tu vara”, y [al transformarse en serpiente] se tragó [la ilusión que los hechiceros] habían hecho.

118. Entonces quedó en evidencia la verdad y la falsedad de lo que [los hechiceros] habían hecho.

122. el Señor de Moisés y de Aarón”.

125. Dijeron [los hechiceros]: “A nuestro Señor hemos de retornar.

127. Pero la nobleza del pueblo del Faraón dijo: “¿Dejarás a Moisés y a su pueblo sembrar la corrupción en la Tierra, que te abandonen a ti y a tus dioses?” Dijo [el Faraón]: “Mataremos a sus hijos varones y dejaremos con vida a las mujeres, así los subyugaremos”.

128. Moisés dijo a su pueblo: “Busquen la ayuda de Dios y sean pacientes [ante esta prueba]. La Tierra es de Dios, y la dará en herencia a quien quiera de Sus siervos. El buen fin es para los que tienen temor [de Dios]”.

129. Dijeron [sus seguidores]: “Hemos sufrido antes de ti y también ahora que tú has venido”. Dijo [Moisés]: “Quiera Dios aniquilar a sus enemigos y hacer que ustedes los sucedan en la Tierra, que Él observará cómo obran ustedes”.

131. Pero cuando les llegó nuevamente una época de prosperidad dijeron: “Esto es lo que merecemos”. Cuando les acontecía un mal le echaban la culpa a Moisés y a sus seguidores [por considerarlos de mal agüero][1]; pero cuanto les ocurría era porque Dios así lo decretaba, aunque la mayoría de ellos lo ignoraba.

140. Dijo: “¿Cómo podría admitir que ustedes adoren ídolos en vez de Dios, siendo que Él los distinguió entre sus contemporáneos?

143. Cuando Moisés acudió al encuentro y su Señor le habló, [Moisés] le pidió: “Muéstrate para que pueda verte”. Dijo [Dios]: “No podrías verme. Pero observa la montaña, si permanece firme en su lugar [después de mostrarme a ella], entonces tú también podrás verme”. Y cuando su Señor se mostró a la montaña, ésta se convirtió en polvo y Moisés cayó inconsciente. Cuando volvió en sí exclamó: “¡Glorificado seas! Me arrepiento y soy el primero en creer en Ti”.

144. Dijo [Dios]: “¡Oh, Moisés! Te he distinguido entre las personas con la profecía y por haberte hablado directamente. Aférrate a lo que te he revelado y sé de los agradecidos”.

148. Cuando [Moisés] partió [hacia el encuentro con su Señor] su pueblo hizo, con las joyas que tenían, un becerro [de oro] que emitía un mugido. ¿Acaso no veían que éste [ídolo] no les podía hablar ni guiarlos? Aun así lo adoraron, cometiendo una injusticia.

150. Cuando Moisés volvió a su pueblo, [se sintió] enojado y afligido, y dijo: “¡Qué mal está lo que hicieron durante mi ausencia! ¿Acaso pretenden que se les precipite el castigo de su Señor?” Y arrojó las tablas, tomando a su hermano por la cabeza y acercándolo a él. Entonces [su hermano Aarón] le dijo: “¡Oh, hermano mío! Nuestro pueblo me menospreció y por poco me matan. No permitas que los enemigos se regocijen con esta situación y no me consideres de los que cometen injusticias”.

151. Dijo Moisés: “¡Señor mío! Perdona a mi hermano y a mí, y ten misericordia de nosotros. Tú eres el más Misericordioso”.

155. Moisés eligió entre su pueblo a setenta hombres para una cita conmigo, y cuando les azotó un violento temblor, [Moisés] exclamó: “¡Señor mío! Si hubieras querido los habrías aniquilado antes y a mí también. ¿Acaso nos aniquilarás por lo que han cometido los necios que hay entre nosotros? [El becerro] no es sino una prueba con la que extravías y guías a quien quieres. Tú eres nuestro protector, perdónanos y ten misericordia de nosotros. Tú eres el más Indulgente.

159. En el pueblo de Moisés hay una comunidad que se rige por la verdad [revelada] y conforme a ella emiten sus juicios.

164. Un grupo de gente justa de entre ellos preguntaron [a quienes exhortaban al bien]: “¿Por qué exhortan a un pueblo al que Dios aniquilará o castigará duramente?” Respondieron: “Para que nuestro Señor no nos castigue por no haber ordenado el bien, y para que quizás tengan temor [de Dios][1]”.

169. [A ellos] les sucedió una generación que heredó el Libro [la Torá], pero a pesar de eso prefirieron los bienes materiales de este mundo. [Cada vez que cometían un pecado] decían: “[Dios] nos perdonará”. Pero cuando se les presentaba una nueva posibilidad volvían a pecar. ¿Acaso no se comprometieron a cumplir con la Torá y no decir acerca de Dios sino la verdad? Aun habiendo estudiado la Torá [desobedecieron], pero para los piadosos la otra vida es preferible. ¿Es que no reflexionan?

171. Recuerda cuando elevé la montaña por encima de ellos como si fuese una nube oscura y creyeron que se desplomaría, y [les dije:] “aférrense a lo que les he concedido [la Torá] y obren según sus preceptos, que así serán piadosos”.

172. Cuando tu Señor sacó de las espaldas de los hijos de Adán a su descendencia y los hizo dar testimonio [preguntándoles]: “¿Acaso no Soy Yo su Señor?” Respondieron: “Sí, atestiguamos que así es”. Esto es para que el Día de la Resurrección no digan: “No sabíamos nada de esto”.

173. O digan: “Nuestros padres eran idólatras, y nosotros solo somos sus descendientes siguiendo lo que ellos hacían. ¿Acaso vas a castigarnos por lo que hicieron los que falsearon [la verdad del monoteísmo]?”

181. Algunos de Mi creación guían [a la gente] con la Verdad, y acorde a ella establecen justicia.

183. Los toleraré temporalmente [hasta el Día del Juicio], puesto que Mi castigo es una promesa firme.

186. A quien Dios extravía nadie lo podrá guiar. A éstos Dios los deja que actúen desorientados en su ceguera.

188. Diles [¡Oh, Mujámmad!]: “No poseo ningún poder para beneficiarme ni perjudicarme a mí mismo, salvo lo que Dios quiera. Si tuviera conocimiento de lo oculto tendría abundantes bienes materiales y no me alcanzaría nunca un mal. Yo solo soy un amonestador y albriciador para la gente que cree”.

189. Él es Quien los creó a partir de un solo ser[1], del cual hizo surgir a su cónyuge[2] para que encontrara en ella sosiego. Y cuando se unió a ella, quedó embarazada y llevó en su vientre una carga liviana con la que podía andar, pero cuando ésta se hizo pesada, ambos invocaron a Dios, su Señor [diciendo]: “Si nos agracias con un hijo sano y virtuoso seremos agradecidos”.

190. Y se les agració con lo que suplicaron, pero [sus descendientes] dedicaron actos de adoración a otros además de Dios; y Dios está por encima de lo que Le asocian.

191. ¿Acaso adoran a quienes no pueden crear nada, sino por el contrario, ellos mismos fueron creados?

199. [¡Oh, Mujámmad!] Ante todo, elige perdonar, ordena el bien y apártate de quienes se comportan contigo en forma ignorante.

202. Pero los demonios persisten en mantener a sus secuaces en el extravío, y no se cansan de hacerlo.

203. Cuando no se le revela [al Profeta Mujámmad] un nuevo versículo, le dicen [en tono burlón]: “¿Por qué no has inventado uno?” Diles: “Solo sigo lo que mi Señor me revela. Éste [Corán] es un milagro de su Señor, guía y misericordia para la gente que cree en él”.

206. [Los ángeles] que están junto a tu Señor no tienen ninguna soberbia que les impida adorarlo, Lo glorifican y se prosternan ante Él[1].