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The Noble Qur'an Encyclopedia

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The Cow [Al-Baqara] - Spanish Translation - Isa Garcia

Surah The Cow [Al-Baqara] Ayah 286 Location Madanah Number 2

1. Álif. Lam. Mim[1].

2. Este es el Libro del cual no hay duda, es guía para los que son conscientes de Dios y Le temen devocionalmente,

4. y creen en lo que te ha sido revelado [¡Oh, Mujámmad!] y en lo que fue revelado [originalmente a los profetas anteriores], y tienen certeza de la existencia de la otra vida.

8. Entre las personas hay [hipócritas] que dicen: “Creemos en Dios y en el Día de la Resurrección”, pero no son creyentes.

10. Sus corazones tienen una enfermedad y [por su actitud] Dios agrava aún más su enfermedad. Sufrirán un castigo doloroso por haber mentido.

11. Cuando se les dice: ¡No siembren la corrupción en la Tierra! Responden: “¡Pero si nosotros somos los que hacemos el bien!”

14. Cuando se encuentran con los creyentes les dicen: “¡Somos creyentes!” Pero cuando están a solas con los malvados de entre ellos[1], les aseguran: “¡Estamos con ustedes, solo nos burlábamos de ellos!”

15. [Pero] Dios hará que sus burlas caigan sobre ellos mismos y dejará que permanezcan extraviados, en su ceguera.

18. Son sordos, mudos y ciegos, y no volverán [al buen camino].

21. ¡Oh, seres humanos! Adoren a su Señor que los creó a ustedes y a quienes los precedieron, para que así alcancen el temor devocional de Dios.

22. Él hizo para ustedes de la Tierra un lugar habitable y del cielo un techo, e hizo descender la lluvia del cielo con la que hace brotar frutos para su sustento. En consecuencia, no dediquen actos de adoración a otros además de Dios, ahora que saben [que Él es el único Creador].

24. Si no lo hacen, y por cierto que no podrán hacerlo, teman al fuego, cuyo combustible serán seres humanos y piedras[1], [un fuego] que ha sido preparado para los que niegan la verdad.

28. ¿Cómo osan no creer en Dios siendo que no existían y Él les dio la vida, luego los hará morir y finalmente los resucitará y a Él serán retornados [para que los juzgue el Día del Juicio Final]?

30. Y [menciona, ¡Oh, Mujámmad!] cuando tu Señor les dijo a los ángeles: “He de establecer en la Tierra a quien la herede”, dijeron: “¿Pondrás en ella a quien la corrompa [devastándola] y derrame sangre, siendo que nosotros Te glorificamos y santificamos?” Dijo: “Yo sé lo que ustedes ignoran”.

32. Dijeron: “¡Glorificado seas! No tenemos más conocimiento que el que Tú nos has concedido, Tú todo lo conoces, todo lo sabes”.

34. Pero cuando dije a los ángeles: “¡Prostérnense ante Adán!”[1] Todos se prosternaron excepto Iblís[2], que se negó y fue soberbio, y se convirtió en uno de los incrédulos.

36. Pero el demonio los hizo caer [en la desobediencia] apartándolos de la situación [agradable] en la que se encontraban. Y les dije: “¡Desciendan! Serán enemigos unos de otros; y en la Tierra encontrarán una morada y deleite temporal”.

37. Pero le fueron inspiradas a Adán unas palabras de su Señor [para que pudiera expresar su arrepentimiento] y Dios aceptó su arrepentimiento, porque Él es el Indulgente, el Misericordioso.

43. Cumplan con la oración, paguen el zakat [1] y prostérnense con los que se prosternan [adorando a Dios].

44. ¿Acaso le ordenan a la gente que haga el bien y se olvidan de hacerlo ustedes mismos, siendo que leen el Libro [la Torá]? ¿Acaso no razonan [bien]?

45. Busquen socorro en la paciencia y la oración. El cumplimiento de la oración es difícil, excepto para los que se someten humildemente [a Dios];

49. Y [recuerden] cuando salvé a sus antepasados de las huestes del Faraón, que los sometían a crueles castigos; degollaban a sus hijos varones [recién nacidos] y dejaban con vida a sus hijas mujeres[1] [para sojuzgarlas]. Esto era una prueba difícil de su Señor.

57. Y extendí nubes sobre ustedes [para que les dieran sombra], y les envié el maná y las codornices [y les dije:] “Coman de las cosas buenas que les he provisto”; pero no Me causaron perjuicio alguno [con sus transgresiones], sino que fueron injustos consigo mismos.

58. [recuerden] cuando les dije: “Entren en esta ciudad [Jerusalén] y coman de ella cuanto deseen en abundancia, pero entren por la puerta prosternándose, suplicando: ¡Perdónanos! Que perdonaré sus pecados, y les concederé aún más a los que hacen el bien”.

61. Y [recuerden] cuando dijeron: “¡Oh, Moisés! No podremos seguir tolerando una sola clase de comida, pide a tu Señor para que nos beneficie con lo que brota de la tierra: verduras, pepinos, ajos, lentejas y cebollas”. [Moisés les] Dijo: “¿Es que quieren cambiar lo superior por algo inferior? Vuelvan entonces a [la esclavitud que sufrían en] Egipto, que allí tendrán lo que piden”. Pero los azotó la humillación y la miseria, e incurrieron en la ira de Dios por no haber creído en los preceptos de Dios, haber matado injustamente a los profetas, rebelarse y transgredir la ley.

63. Y [recuerden] cuando celebré un pacto con ustedes y elevé el monte por encima suyo [y les dije:] “Aférrense con fuerza a lo que les he dado [la Torá] y recuerden lo que hay en ella, que así alcanzarán el temor devocional de Dios.

66. Hice de ello un escarmiento para sus contemporáneos y descendientes, y motivo de reflexión para los que temen devocionalmente a Dios.

73. Entonces dije: “Golpéenlo[1] con una parte de ella”[2]. De la misma manera Dios resucita a los muertos y les muestra Sus milagros para que razonen.

76. Y cuando se encuentran con los creyentes dicen: “¡Somos creyentes!” Pero cuando están entre ellos se dicen unos a otros: “¿Acaso van a contarles lo que Dios nos ha revelado para que puedan argumentar con ello contra nosotros ante nuestro Señor?” ¿Es que no razonan?

78. Entre ellos hay iletrados sin conocimiento que no conocen el Libro, que siguen solo sus propios deseos y no hacen sino conjeturar.

81. No cabe duda de que quienes hayan cometido faltas, y estén cercados por sus pecados, serán los moradores del Fuego, en el que permanecerán eternamente.

88. Decían: “Nuestros corazones están cerrados [porque ya saben lo necesario]”. Pero en realidad, Dios los maldijo por negar la verdad. ¡Poco es lo que creen!

89. Y cuando les llegó un Libro de Dios [el Corán] que confirmaba lo que ya tenían [en la Torá], a pesar de que antes oraban [para que llegara el Profeta que los guiase a] la victoria contra los incrédulos, cuando se les presentó [el Mensajero] lo reconocieron, pero [como no era judío] no creyeron en él. ¡Que la maldición de Dios caiga sobre los que niegan la verdad!

93. Y [recuerden] cuando celebré con ustedes el pacto y levanté el monte encima suyo [y dije]: “Aférrense con fuerza a lo que les he dado y obedezcan”. Dijeron: “Oímos, pero desobedecemos”. Y como castigo por haber negado la verdad, sus corazones quedaron embebidos de amor por el becerro [de oro]. Diles [¡Oh, Mujámmad!]: “Qué pésimo es lo que su fe les ordena hacer, ¡si en verdad fueran creyentes!”

97. Dile [¡Oh, Mujámmad!] a quien sea enemigo del ángel Gabriel, que él es quien descendió la revelación a tu corazón con la anuencia de Dios, confirmando los mensajes anteriores, como guía y buena nueva para los creyentes.

98. Quien sea enemigo de Dios, de Sus ángeles, de Sus Mensajeros, del ángel Gabriel y del ángel Miguel, que sepa que Dios es enemigo de los que rechazan el Mensaje.

102. Pero sí seguían lo que recitaban los demonios durante el reinado de Salomón. Sepan que Salomón no cayó en la incredulidad[1], sino que fueron los demonios quienes enseñaron a la gente la hechicería y la magia que transmitieron los ángeles Harút y Marút en Babilonia. Ellos no le enseñaban a nadie sin antes advertirle: “Nosotros somos una tentación, no caigan en la incredulidad”. A pesar de la advertencia, aprendieron de ellos cómo separar a una persona de su pareja, aunque no podían perjudicar a nadie sin el permiso de Dios. Lo que aprendían los perjudicaba y no los beneficiaba. Pero los hijos de Israel sabían que quien practicara la hechicería no tendría éxito en la otra vida. ¡Qué mal vendieron sus almas! Si supieran.

104. ¡Oh, creyentes! No digan [al Mensajero de Dios]: “Rá‘ina”, sino [que digan]: “Undhurna”[1], y obedezcan [-lo]. Los que rechacen el mensaje recibirán un castigo doloroso.

115. A Dios pertenecen el oriente y el occidente, y adondequiera que dirijan el rostro [durante la oración], allí se encuentra el rostro de Dios[1]. Dios es Vasto, todo lo conoce.

119. Te he enviado [¡Oh, Mujámmad!] con la verdad, como albriciador y advertidor, pero no serás preguntado sobre los que se condenen al fuego infernal.

120. Ni los judíos ni los cristianos estarán [completamente] satisfechos contigo hasta que sigas su religión. Di: “La guía de Dios es la guía verdadera”. Si siguieras sus deseos luego de haberte llegado el conocimiento [sobre la verdad], no tendrías quién te protegiera ni quién te auxiliara de Dios.

124. Y [reflexiona, ¡Oh, Mujámmad!, sobre] cuando Abraham fue puesto a prueba por su Señor con unas órdenes, y las cumplió. Dijo [Dios]: “Haré de ti un guía para la gente”. Preguntó [Abraham]: “¿Y de mis descendientes?” Dijo [Dios]: “Mi pacto [la profecía] no incluye a los injustos”.

125. Y [recuerden] cuando hice de La Casa [la Ka‘bah] un lugar de reunión y refugio para la gente. “[¡Oh, creyentes!] Tomen el sitial de Abraham[1] como lugar de oración”. Y cuando indiqué a Abraham e Ismael: “Purifiquen Mi Casa para quienes vengan a hacer el rito de la circunvalación y el retiro espiritual, y los que se inclinen y prosternen durante su oración”.

126. Y [recuerden] cuando Abraham dijo: “¡Señor mío! Haz de esta ciudad [La Meca] un lugar seguro, y beneficia con frutos a los pobladores que creen en Dios y en el Día del Juicio Final”. Dijo [Dios]: “[Pero] al que rechace la verdad lo dejaré disfrutar por un tiempo, y después lo conduciré al castigo del Fuego. ¡Qué pésimo destino!”

128. “¡Señor nuestro! Haz que nosotros nos entreguemos a Tu voluntad, y que nuestra descendencia también lo haga [como una nación de musulmanes]. Enséñanos nuestros ritos para la peregrinación y acepta nuestro arrepentimiento; Tú eres el Indulgente, el Misericordioso”.

131. Y [recuerden] cuando le dijo su Señor: “Entrégame tu voluntad[1]”, respondió: “Le entrego mi voluntad al Señor del Universo”.

134. Aquella nación ya desapareció y recibió lo que merecía, y ustedes recibirán lo que merezcan, y no se les preguntará por lo que ellos hicieron[1].

135. Dijeron [la Gente del Libro]: “Sean judíos o cristianos, que así estarán en la guía correcta”. Diles: “¡No! Seguimos la religión de Abraham, que era monoteísta puro y no era de los idólatras”.

138. [Digan: “Seguimos] la religión de Dios[1]. ¿Y qué mejor religión que la de Dios? Y nosotros solo Lo adoramos a Él”.

139. Di: “¿Por qué discuten con nosotros acerca de Dios, siendo que Él es el Señor de ambos? Nosotros responderemos por nuestras acciones y ustedes por las suyas. Nosotros Le somos sinceros [adorándolo solo a Él]”.

147. La verdad proviene de tu Señor, no seas de los indecisos [aun ante las evidencias irrefutables].

148. Todas [las religiones] tienen una dirección a la cual dirigirse [en sus oraciones]. ¡Apresúrense a realizar obras de bien! Dondequiera que estén, Dios los reunirá a todos [el Día del Juicio Final]. Dios es sobre toda cosa Poderoso.

149. Y hacia donde quiera que salgas [en tus viajes] oriéntate hacia la Mezquita Sagrada, pues ésta es la verdad que proviene de tu Señor, y [sepan que] Dios no está desatento de lo que hacen.

156. Aquellos que cuando les alcanza una desgracia dicen: “De Dios provenimos, y a Él retornaremos [para que nos juzgue por nuestras acciones]”.

158. [El recorrido entre los montes de] As-Safa y Al-Marwah es un rito establecido por Dios. Quien realice la peregrinación mayor o la peregrinación menor a La Casa [Sagrada de La Meca] sepa que no incurre en falta por realizar el recorrido ritual entre ambas. Y quien voluntariamente haga el bien, sepa que Dios se lo recompensará, pues Él premia las buenas intenciones.

160. Excepto quienes se arrepientan, reparen y aclaren [lo que habían ocultado]. A ellos les aceptaré su arrepentimiento, porque Yo soy el Indulgente, el Misericordioso.

162. Así estarán por toda la eternidad. No les será aliviado el castigo ni se les concederá prórroga alguna.

163. Su Dios es un Dios Único, no hay divinidad [con derecho a ser adorada] salvo Él, el Compasivo, el Misericordioso.

165. Existen personas que toman en lugar de Dios a otros que consideran iguales [a Dios][1], y los aman como solo debe amarse a Dios; pero los creyentes aman más a Dios [de lo que éstos aman a sus divinidades]. Ya sabrán los injustos cuando vean el suplicio que les espera, que a Dios pertenece el poder absoluto y que Dios es severo en el castigo.

166. [Ellos deben considerar que el Día del Juicio] se desentenderán los líderes[1] de sus seguidores, y todos verán el castigo y desaparecerá toda alianza entre ellos.

167. Entonces los seguidores dirán: “Si tuviéramos otra oportunidad [de regresar a la vida mundanal] nos desentenderíamos de ellos, como ellos se han desentendido de nosotros”. Así les hará ver Dios sus obras para que sientan remordimiento. Pero nunca saldrán del Fuego.

171. El ejemplo de los que niegan la verdad es como el del animal que al escuchar el llamado del pastor, no percibe sino un ruido. Se hacen los sordos, mudos y ciegos, porque se niegan a usar la razón.

173. Sepan que [Dios] les ha prohibido [consumir] solamente la carne del animal muerto por causa natural, la sangre, la carne de cerdo y la del animal que haya sido sacrificado invocando un nombre distinto al de Dios. Pero quien se ve forzado por la necesidad, no por deseo y sin excederse, no comete pecado al hacerlo. Dios es Absolvedor, Indulgente.

177. La verdadera virtud[1] no consiste en orientarse hacia el oriente o el occidente [durante la oración], sino que es piadoso quien cree en Dios, el Día del Juicio, los ángeles, el Libro, los Profetas; hace caridad, a pesar del apego [que tiene por los bienes materiales], a los parientes, los huérfanos, los pobres, los viajeros insolventes, los mendigos, y colabora para liberar esclavos y cautivos. [Tiene piedad quien] hace la oración prescrita, paga el zakat, cumple con los compromisos contraídos, es paciente en la estrechez, la adversidad y ante la persecución. Ésos son los veraces en su fe y los verdaderos piadosos.

178. ¡Oh, creyentes! Se ha establecido la retribución legal en caso de homicidio [doloso][1]: sea libre o esclavo, [sea hombre] o mujer[2]. Pero si le es perdonada [al culpable] la pena por su hermano [en la fe][3], que pague la indemnización correspondiente en el plazo establecido de buena manera. Esto es una facilidad y una misericordia de su Señor. Pero quien después de eso [aceptando la indemnización] transgrediere [tratando de vengarse del homicida] tendrá un castigo doloroso[4].

179. En [la aplicación de] la retribución legal está [la preservación de] la vida, ¡Oh, dotados de intelecto!, para que alcancen la piedad.

181. Si los testigos al escuchar [el testamento] lo cambian después de haber oído la voluntad [del testador], ellos son los que habrán cometido un pecado. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

182. Pero quien tema que el testador haya cometido un error o una injusticia, y haga una mediación entre las partes[1], no incurrirá en falta. Dios es Absolvedor, Misericordioso.

184. Son días contados [el mes de Ramadán]. Quien esté enfermo o de viaje y no ayune, deberá reponer posteriormente los días no ayunados. Quienes puedan [pero con mucha dificultad por la vejez] y no lo hagan, deberán alimentar a un pobre [por cada día no ayunado]. Pero quien voluntariamente alimente a más de un pobre, será más beneficioso para él. Y ayunar es mejor para ustedes, ¡si supieran!

186. Y cuando Mis siervos te pregunten por Mí [¡Oh, Mujámmad!, diles] que estoy cerca de ellos. Respondo la súplica de quien Me invoca. [Entonces] que me obedezcan y crean en Mí, que así se encaminarán.

187. Durante las noches del mes de ayuno les es lícito mantener relaciones [maritales] con sus mujeres. Ellas son su vestimenta, y ustedes la vestimenta de ellas[1]. Dios sabe que se engañaban a sí mismos[2], por eso los perdonó y les hizo esta concesión. Ahora pueden mantener relaciones con ellas y aprovechar lo que Dios les ha prescrito. Coman y beban hasta que se distinga el hilo blanco [la luz del alba] del hilo negro [la oscuridad de la noche], y luego completen el ayuno hasta la noche, y no mantengan relaciones con ellas si están haciendo el retiro espiritual en las mezquitas. Éstos son los límites de Dios, no los transgredan. Así aclara Dios Sus signos a la gente para que alcancen la piedad.

189. Te preguntan [¡Oh, Mujámmad!] acerca de las fases de la luna. Diles: “Son una señal para que la gente pueda fijar sus fechas y para la peregrinación”. No es ninguna virtud entrar en las casas por la puerta trasera, sino que la virtud está en la piedad. [En consecuencia] entren a las casas por la puerta de adelante, y observen las leyes de Dios que así van a prosperar.

191. Den muerte [a aquellos que los ataquen] donde quiera que los encuentren, y expúlsenlos de donde los han expulsado a ustedes, porque la opresión [y la restricción de la libertad a la que son sometidos por los agresores] es más grave que combatirlos. No combatan contra ellos en la Mezquita Sagrada, a menos que ellos los ataquen allí; pero si lo hacen combátanlos, ésta es la retribución que recibirán los que rechacen la verdad.

192. Pero si ellos cesan de combatirlos, sepan que Dios es Absolvedor, Misericordioso.

193. Combátanlos hasta que cese la opresión y puedan adorar tranquilamente a Dios [sin temer persecución]; pero si ellos cesan de combatir, que no haya más hostilidades, excepto contra los agresores.

194. Solo se puede combatir en un mes sagrado[1] si son atacados durante el mismo, y para las violaciones [que hayan cometido] apliquen el principio de retribución igualitaria; así que si son agredidos, agredan tal como los agredieron [sin excederse]. Sigan las enseñanzas de Dios, y sepan que Dios está con los piadosos.

196. Completen la peregrinación mayor y menor en honor a Dios. Pero en caso de que algo les impida completarla, sacrifiquen el animal que puedan como ofrenda. No se rasuren la cabeza hasta que la ofrenda llegue al lugar de sacrificio. Si alguien está enfermo o sufre una dolencia en su cabeza [y se rasura] deberá expiar ayunando[1] o dando limosna[2] o sacrificando[3]. Si hay seguridad [en el camino], entonces quien haga la peregrinación menor [durante los meses[4] de la peregrinación mayor] y luego la peregrinación mayor, que sacrifique la ofrenda según sus posibilidades, y si no encuentra qué sacrificar o no dispone de medios, deberá ayunar tres días durante la peregrinación y siete a su regreso [a su lugar de origen]: en total diez días. Esto es para quienes no viven en las proximidades de la Mezquita Sagrada. Cumplan con los ritos y sepan que Dios es severo en el castigo.

197. La peregrinación se realiza en unos meses específicos, y quien se consagrara para hacerla, deberá abstenerse [durante ella] de las relaciones maritales, los pecados y las discusiones. Todo lo que hagan de bien, Dios lo sabe. Tomen provisiones para el viaje, pero [sepan que] la mejor provisión es la piedad. ¡Oh, dotados de buen discernimiento! Cumplan correctamente Conmigo.

200. Y cuando hayan terminado con los ritos que deben realizar, celebren el nombre de Dios tal como celebran la memoria de sus padres, y más aún. [Pues] hay gente que dice: “¡Señor nuestro! Danos bienestar en esta vida”[1]; pero no obtendrán nada en la otra vida.

204. Hay un tipo de gente que, cuando te habla sobre temas mundanos, te causa admiración por su elocuencia, y pone como testigo a Dios de la fe que encierra su corazón, cuando en realidad es un enemigo acérrimo y hábil discutidor.

205. Pero cuando se alejan [de ti] van por la Tierra corrompiéndola, destruyendo [todos los frutos del trabajo humano, como] las siembras y los ganados, pero [sepan] que Dios no ama la corrupción.

206. Y cuando se le dice: “Tengan temor de Dios”, su soberbia lo impulsa a hacer el mal. Su retribución será el Infierno. ¡Qué pésimo destino!

210. ¿Acaso esperan que [el Día del Juicio] Dios y los ángeles se les presenten a la sombra de las nubes? Para entonces, su situación estaría ya decidida [y serían condenados]. Todos los asuntos retornan a Dios [para que Él juzgue].

211. Pregunta [¡Oh, Mujámmad!] a los hijos de Israel cuántas señales evidentes les envié. Quien cambia la gracia de Dios [por incredulidad] después de haberle sido concedida, [sepa que] Dios es severo en el castigo.

212. A los que niegan la verdad los seduce la vida mundanal, y [por eso] se burlan de [la pobreza de] los creyentes; pero los que temen a Dios [en este mundo] estarán sobre ellos el Día de la Resurrección, y Dios provee a quien Él quiere, sin límite.

213. La humanidad era una sola comunidad [y porque comenzaron a desviarse del monoteísmo y discrepar sobre la verdad], Dios envió a los Profetas con albricias y advertencias, y les reveló los Libros Sagrados con la Verdad para que juzgaran entre la gente acerca de lo que discrepaban. Pero [los que habían recibido los Libros Sagrados] no discreparon sino después de que les llegaron las pruebas evidentes, por envidia y rivalidad entre ellos. Dios guió con Su voluntad a los creyentes a la verdad respecto a lo que discrepaban quienes los precedieron. Dios guía por el sendero recto a quien Le place.

217. Te preguntan si es lícito combatir en los meses sagrados[1]. Diles: “Combatir en los meses sagrados es un sacrilegio, pero ante Dios es más grave aún apartar a la gente del sendero de Dios, negar Su verdad y expulsar a la gente de la Mezquita Sagrada”. [Sepan] que la opresión[2] es peor que matar [en un mes sagrado]. Y [sepan que los incrédulos] no dejarán de combatirlos, si pueden, hasta apartarlos de su religión. Y quien reniegue de su religión y muera en la incredulidad, sus obras habrán sido en vano, en esta vida y en el más allá. Ellos son los moradores del Fuego, donde permanecerán eternamente.

219. Te preguntan acerca de los embriagantes y las apuestas. Diles: “Son de gran perjuicio, a pesar de que también hay en ellos algún beneficio para la gente, pero su perjuicio es mayor que su beneficio”[1]. Y te preguntan qué dar en caridad. Diles: “Lo que puedan permitirse”[2]. Así aclara Dios los preceptos para que reflexionen

220. sobre esta vida y el más allá. Y te preguntan acerca de cómo deben obrar quienes tienen huérfanos bajo su responsabilidad. Diles: “Invertir sus bienes materiales para procurar incrementárselos es lo mejor, pero si [consideran más fructífero] unir su riqueza con la de ellos [para gestionarla conjuntamente], trátenlos como a sus hermanos. Dios sabe quién es corrupto y quién hace el bien. Y si Dios hubiera querido les habría hecho las cosas más difíciles; Dios es Poderoso, Sabio.

221. No se casen con [mujeres] idólatras a menos que ellas crean [en el monoteísmo], ya que una sierva [de Dios][1] creyente es mejor que una idólatra, aunque esta les atraiga más; y no casen a los idólatras con las mujeres a su cargo hasta que ellos crean [en el monoteísmo], un siervo [de Dios] creyente es mejor que un idólatra, aunque este les parezca mejor partido. Ellos [los idólatras] invitan al Infierno [a través de la idolatría], mientras que Dios les promete el Paraíso, con Su consentimiento y el perdón, pero aclara Sus preceptos a la gente para que recapacite.

222. Y te preguntan acerca de la menstruación. Di: “Es una impureza”; absténganse de mantener relaciones maritales con sus mujeres durante el menstruo, y no mantengan relaciones con ellas hasta que se purifiquen, pero cuando se hayan purificado mantengan relaciones como Dios les ha permitido [por la vía natural]. Dios ama a los que se arrepienten y a los que se purifican.

223. Sus mujeres son para ustedes como un campo de labranza, por tanto, siembren en su campo cuando [y como] quieran1[1]. Hagan obras de bien para que se beneficien, y tengan temor de Dios ya que se encontrarán con Él; y albricia a los creyentes [que obtendrán una hermosa recompensa].

224. No hagan de un juramento por Dios, prestado con anterioridad, un pretexto para no hacer el bien, no cumplir con la fe ni dejar de ayudar a la gente a reconciliarse. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

226. Quienes juren no mantener relaciones sexuales con sus esposas[1] tendrán un plazo [máximo] de cuatro meses; pero si se retractan [de su juramento], [sepan que] Dios es Absolvedor, Misericordioso.

229. El divorcio puede revocarse dos veces. Luego de lo cual no cabe sino convivir dignamente[1] o separarse definitivamente con decoro. No es permitido [a los hombres] tomar nada de lo que hayan dado [como dote]. Pero si no existe una voluntad de convivencia y temen que no se cumpla con lo que Dios ha ordenado [sobre el buen trato], no incurrirá en falta ninguno de los dos [esposos] en que la mujer llegue a un acuerdo económico con su marido para la disolución del matrimonio. Éstas son las leyes de Dios, no las quebranten. Quienes las quebrantan son los opresores.

230. Si el marido se divorcia de ella [por tercera vez], no podrá tomarla como esposa de nuevo hasta que ella se case con otro hombre y este último la divorcie también. Entonces, no incurrirán en falta si vuelven a casarse, si creen que podrán cumplir con lo que Dios ha establecido [sobre el buen trato]. Éstas son las leyes de Dios, las cuales aclara a gente que razona.

233. Las madres [divorciadas] podrán amamantar a sus hijos dos años si desean completar la lactancia. El padre tiene la obligación de sustentar y vestir a la madre [de su hijo] de acuerdo a sus recursos, a nadie se le impone más allá de sus posibilidades. Que ni la madre ni el padre utilicen a su hijo para perjudicarse mutuamente. Los familiares directos heredan esta obligación[1]. Pero no incurren en falta si ambos [el padre y la madre], de común acuerdo, y tras consultarlo entre ellos, deciden destetar [al niño]. Si toman una nodriza para completar la lactancia no hay mal en ello, a condición de que le paguen lo correcto. Tengan temor de Dios, y sepan que Dios ve todo cuanto hacen.

238. Cumplan con la oración prescrita, especialmente la oración de la tarde, y preséntense ante Dios con total devoción.

239. Si tienen temor [en una situación de peligro], pueden orar de pie o montados, pero cuando cese el temor recuerden a Dios [en oración], que les enseñó lo que no sabían.

240. Los casados, al morir, dejan a su viuda un legado que consiste en un año de manutención y que no sean obligadas a abandonar el domicilio conyugal; pero si lo abandonaran antes, no serán reprochados de lo que ellas dispongan hacer consigo mismas [rehaciendo sus vidas siempre que sea] de manera correcta[1]. Dios es Poderoso, Sabio.

241. Quienes divorcien a su esposa deben mantenerla de manera honorable. Esto es un deber para los piadosos.

249. Pero cuando Saúl partió con sus soldados, les dijo: “Dios los pondrá a prueba con un río; quien beba de él hasta saciarse no será de los míos, pero quien no beba más que un sorbo en el cuenco de su mano o se abstenga, será de los míos”. Pero se saciaron de él, salvo unos pocos. Y cuando él y los que creían cruzaron el río, algunos dijeron: “Hoy no podremos contra Goliat y sus soldados”. En cambio, quienes tenían certeza de que comparecerían ante Dios exclamaron: “¡Cuántas veces, con el permiso de Dios, un grupo pequeño ha derrotado a grandes ejércitos!” Porque Dios está con los pacientes.

252. Éstos son los signos de Dios que te revelo con la Verdad. Ten certeza que tú [¡Oh, Mujámmad!] eres uno de los Mensajeros.

253. Entre los Mensajeros, distinguí a cada uno con un favor. Entre ellos hay a quienes Dios habló directamente, y otros a quienes elevó en grados. Y concedí a Jesús, hijo de María, las pruebas evidentes y lo fortalecí con el Espíritu Santo [el ángel Gabriel]. Pero si Dios hubiera querido, las naciones que los siguieron no hubieran combatido entre ellas tras habérseles presentado los Profetas y las evidencias; pero discreparon, y hubo entre ellos quienes creyeron en la verdad y quienes la rechazaron. Si Dios hubiera querido no se habrían combatido los unos a los otros, pero Dios obra según Su designio.

255. ¡Dios! No existe nada ni nadie con derecho a ser adorado excepto Él, el Viviente [Eterno], el Sustentador [y Gobernador de toda la creación][1]. No Lo afectan somnolencia ni sueño. Suyo es cuanto hay en los cielos y la Tierra. ¿Quién podrá interceder ante Él si no es con Su permiso? Conoce el pasado y el futuro [lo manifiesto y lo oculto] y nadie abarca de Su conocimiento salvo lo que Él quiere. El escabel de Su Trono[2] abarca los cielos y la Tierra, y la custodia [y mantenimiento] de ambos no Lo agobia. Y Él es el Sublime, el Grandioso.

256. Una vez esclarecida la diferencia entre la guía correcta y el desvío, no se puede forzar a nadie a creer[1]. Quien rechace las falsas divinidades y crea en Dios, se habrá aferrado al asidero más firme [el Islam], que es irrompible. Dios todo lo oye, todo lo sabe.

258. ¿Acaso no has reparado en quien[1] discutió con Abraham acerca de su Señor valiéndose del reinado que Dios le había concedido? Dijo Abraham: “Mi Señor es Quien da la vida y da la muerte”. Le replicó: “Yo también doy la vida y la muerte”. Dijo Abraham: “Dios hace que el Sol salga por el oriente, haz tú que salga por el occidente”. Entonces, el que había rechazado la verdad quedó confundido[2], porque Dios no guía a los injustos.

259. [No has reparado] en aquel [‘Uzeir] que pasó por una ciudad en ruinas [Jerusalén], y exclamó: “¿Cómo va Dios a darle vida ahora que está en ruinas?” Y entonces, Dios lo hizo morir por cien años y después lo resucitó. Le preguntó [Dios]: “¿Cuánto tiempo has permanecido así?” Respondió: “Un día o menos aún”. Dijo [Dios]: “No, has permanecido así cien años, observa tu comida y tu bebida, no se han podrido, pero mira tu asno [del que por el contrario solo quedan sus huesos]. Haremos de ti un signo para la gente. Mira los huesos [de tu asno], cómo los reuní y luego los cubrí de carne [resucitándolo]”. Y cuando lo vio con claridad dijo: “Ahora sé que Dios es sobre toda cosa Poderoso”.

260. Y [menciona a la gente] cuando Abraham dijo: “¡Señor mío! Muéstrame cómo das vida a los muertos”. Dijo [Dios]: “¿Es que acaso no crees?” Respondió: “Claro que sí, pero esto es para fortalecer la fe que hay en mi corazón”. Dijo [Dios]: “Toma cuatro pájaros distintos y córtalos en pedazos, luego pon un pedazo de cada uno sobre la cima de una montaña y llámalos, vendrán a ti deprisa [con vida nuevamente]; y sabe que Dios es Poderoso, Sabio”.

265. El ejemplo de quienes contribuyen con sus bienes materiales anhelando complacer a Dios y por la certeza de ser recompensados, es como el de una huerta que se encuentra sobre una colina [alta y fértil], a la que le cae una lluvia copiosa y duplica sus frutos. Y si no, una llovizna le basta [para dar frutos]. Sepan que Dios ve lo que hacen.

272. No es tu responsabilidad [¡Oh, Mujámmad!] que la gente decida seguir la guía [una vez que se la has enseñado], porque Dios guía a quien quiere. Toda caridad que den es en su propio beneficio, pero no den caridad a menos que sea anhelando el rostro de Dios. Lo que hagan de bien les será recompensado sin mengua alguna.

273. [Den caridad a] los pobres que padecen necesidad [por dedicarse] a la causa de Dios y no pueden viajar por la tierra [para trabajar y ganar su sustento]. Quien ignora [la realidad de] su situación los cree ricos, ya que por dignidad no mendigan. Pero los reconocerás por su conducta, no piden inoportunamente. Lo que sea que des en caridad, Dios lo sabe.

275. Los que lucran con la usura[1] saldrán [de sus tumbas el Día del Juicio Final] como locos poseídos por el demonio. Esto es porque dicen que el comercio es igual que la usura, pero [no, porque] Dios permitió el comercio y prohibió la usura. A quien le haya llegado de su Señor [el conocimiento de] la prohibición [de la usura] y se haya abstenido arrepintiéndose, podrá conservar lo que obtuvo en el pasado, y su asunto será juzgado por Dios. Mas si reincide, se contará entre los moradores del Fuego, en el que sufrirá eternamente.

276. Dios quita a las ganancias de la usura toda bendición, pero bendice los actos de caridad con un incremento multiplicado. Dios no ama a los que niegan la verdad y transgreden [la prohibición de la usura].

279. Pero si no abandonan el lucro a través de la usura, sepan que Dios y Su Mensajero les declaran la guerra. Quien abandona la usura tiene derecho al capital original, de esta forma no oprimirán ni serán oprimidos.

280. Si [quien les debe un préstamo] atraviesa una situación difícil, concédanle un nuevo plazo de pago hasta que esté en condición de saldar la deuda. Aunque si supieran la recompensa que tiene, harían algo mejor aún para ustedes: que es condonarle la deuda.

يَٰٓأَيُّهَا ٱلَّذِينَ ءَامَنُوٓاْ إِذَا تَدَايَنتُم بِدَيۡنٍ إِلَىٰٓ أَجَلٖ مُّسَمّٗى فَٱكۡتُبُوهُۚ وَلۡيَكۡتُب بَّيۡنَكُمۡ كَاتِبُۢ بِٱلۡعَدۡلِۚ وَلَا يَأۡبَ كَاتِبٌ أَن يَكۡتُبَ كَمَا عَلَّمَهُ ٱللَّهُۚ فَلۡيَكۡتُبۡ وَلۡيُمۡلِلِ ٱلَّذِي عَلَيۡهِ ٱلۡحَقُّ وَلۡيَتَّقِ ٱللَّهَ رَبَّهُۥ وَلَا يَبۡخَسۡ مِنۡهُ شَيۡـٔٗاۚ فَإِن كَانَ ٱلَّذِي عَلَيۡهِ ٱلۡحَقُّ سَفِيهًا أَوۡ ضَعِيفًا أَوۡ لَا يَسۡتَطِيعُ أَن يُمِلَّ هُوَ فَلۡيُمۡلِلۡ وَلِيُّهُۥ بِٱلۡعَدۡلِۚ وَٱسۡتَشۡهِدُواْ شَهِيدَيۡنِ مِن رِّجَالِكُمۡۖ فَإِن لَّمۡ يَكُونَا رَجُلَيۡنِ فَرَجُلٞ وَٱمۡرَأَتَانِ مِمَّن تَرۡضَوۡنَ مِنَ ٱلشُّهَدَآءِ أَن تَضِلَّ إِحۡدَىٰهُمَا فَتُذَكِّرَ إِحۡدَىٰهُمَا ٱلۡأُخۡرَىٰۚ وَلَا يَأۡبَ ٱلشُّهَدَآءُ إِذَا مَا دُعُواْۚ وَلَا تَسۡـَٔمُوٓاْ أَن تَكۡتُبُوهُ صَغِيرًا أَوۡ كَبِيرًا إِلَىٰٓ أَجَلِهِۦۚ ذَٰلِكُمۡ أَقۡسَطُ عِندَ ٱللَّهِ وَأَقۡوَمُ لِلشَّهَٰدَةِ وَأَدۡنَىٰٓ أَلَّا تَرۡتَابُوٓاْ إِلَّآ أَن تَكُونَ تِجَٰرَةً حَاضِرَةٗ تُدِيرُونَهَا بَيۡنَكُمۡ فَلَيۡسَ عَلَيۡكُمۡ جُنَاحٌ أَلَّا تَكۡتُبُوهَاۗ وَأَشۡهِدُوٓاْ إِذَا تَبَايَعۡتُمۡۚ وَلَا يُضَآرَّ كَاتِبٞ وَلَا شَهِيدٞۚ وَإِن تَفۡعَلُواْ فَإِنَّهُۥ فُسُوقُۢ بِكُمۡۗ وَٱتَّقُواْ ٱللَّهَۖ وَيُعَلِّمُكُمُ ٱللَّهُۗ وَٱللَّهُ بِكُلِّ شَيۡءٍ عَلِيمٞ [٢٨٢]

282. ¡Oh, creyentes! Si contraen una deuda por un plazo estipulado, pónganlo por escrito ante un escribano. Ningún escribano [creyente] debe negarse a levantar esa acta conforme a lo que Dios le ha enseñado[1]: el escribano debe registrar y el deudor debe dictar fielmente lo que adeuda, con temor de Dios. En caso de que el deudor sea declarado incompetente o sea incapaz de expresar su deuda, que lo haga en su lugar su apoderado con fidelidad. Dos hombres confiables deben ser testigos, pero si no cuentan con dos hombres, recurran a un hombre y dos mujeres, de manera que si una de ellas se olvida la otra lo recuerde. Nadie debe negarse a ser testigo ni rehusarse si son citados a atestiguar. No sean reacios a documentar las deudas, sean pequeñas o grandes, así como su vencimiento. Esto es, para Dios, lo más justo, la mejor evidencia [si existiera una disputa] y da menos lugar a dudas. A menos que se trate de una operación al contado; entonces, no hay inconveniente en que no lo pongan por escrito. Pero [es recomendable] que lo hagan ante testigos en [operaciones de] compraventa. No se debe presionar ni coartar al escribano ni al testigo, porque hacerlo es un delito. Tengan temor de Dios, que Él los agracia con el conocimiento, porque Dios es conocedor de todas las cosas.

285. El Mensajero y sus seguidores creen en lo que le fue revelado por su Señor [al Mensajero]. Todos creen en Dios, en Sus ángeles, en Sus Libros y en Sus Mensajeros [diciendo:] “No hacemos diferencia entre ninguno de Sus Mensajeros”. Y dicen: “Oímos y obedecemos. Perdónanos Señor nuestro, que ante Ti retornaremos [para ser juzgados]”.

286. Dios no exige a nadie por encima de sus posibilidades, a su favor tendrá el bien que haga, y en su contra tendrá el mal que haga. “¡Señor nuestro! No nos castigues si olvidamos o cometemos un error. ¡Señor nuestro! No nos impongas una carga como la que impusiste a quienes nos precedieron. ¡Señor nuestro! No nos impongas algo superior a lo que podamos soportar. Perdónanos, absuélvenos y ten misericordia de nosotros. Tú eres nuestro Protector, concédenos el triunfo sobre los que niegan la verdad”.